lunes, 6 de julio de 2009

Un cuento para todos

Había una vez... el comienzo ideal. Debería hablar entonces de magos, princesas, caballeros, hadas u otro personaje benevolente y puro. Quizás un niño. Quizás una niña. Pero no puedo hablar de ti. No puedo hablar de mí.
Un entorno fantástico... un lugar paradisíaco, donde la alegría, rutinaria, solo se viese interrumpida para presentar al villano del cuento: un monstruo, una bruja. Un ladrón o un mal vecino en el mejor de los casos. No obstante, su presencia será efímera. Caerá vencido, desaparecerá o se tornará bueno.
Un final feliz. Otra vez alegría, monotonía. Todos viven felices para siempre.
A veces es lindo mentirle a los niños.