jueves, 30 de diciembre de 2010

Fuerte, valiente

No te alarmes
si me escuchas,
pero has de saber
que en ti espera
la plenitud de la belleza,
la cima de aquello
que llamamos amor.

De veras no quisiera
que te alarmes,
pero lo que digo es
que tienes en ti
la vida intacta,
que en ti descansa
toda esperanza.

Si te traicionas,
si te vuelves inmóvil,
si te escondes
o acaso te has ido,
si duermes tu sueño,
si rezas tus pasos,
si tan sólo no creyeras

olvidarán su nombre
las estrellas,
no volarán las golondrinas
hacia la primavera
y, sin quererlo,
habrás dado por perdido
aquello que no fue.

Mas no te alarmes...

lunes, 20 de diciembre de 2010

Qué puedo darte

Lo más abyecto
en mí no ha existido
acechando oscuro
tras una esquina
por profanar de tu piel
la infancia intacta
en un arrebato.

No ha existido
en mí lo más sublime
vertiendo pétalos
por tus caminos
que aromen la inocencia
de mi amor y su
diáfana pureza.

¿Qué han de darte
mis manos simples?
¿Qué ha de darte
mi boca fresca,
esta risa
tan de niño,
mis ojos muertos?

¿Qué han de darte
mis pobres pasos?
¿Qué ha de darte
mi torpeza,
este andar
sin huellas,
mi letanía?

Escapa la certeza
de tu cuerpo claro
y tiembla
desde el borde
de mí mismo
la totalidad
si tú callas.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Postal desde mi ausencia

Bajo un rimero de papeles,
pretenciosas fotografías
que se alzan cual baluarte
de lo que acaso sucede
en los llantos y alegrías,

te busco, oculta, sin hallarte
entre la metáfora que vierto
con mis lágrimas de tinta,
en la sinalefa de enlazarte
a palabras que no acierto.

Y no quiero más la muerte viva
y no quiero más la vida quieta,
pues a tu voz oigo ufana
alejando de mis rimas
los vicios de los ascetas:

desde muy cerca me llamas
a desdeñar a tu lado
los silencios del silencio
aprehendido en tu mirada,
a practicar lo soñado.