jueves, 26 de diciembre de 2013

buen día...
mas quiero decir
en verdad
buen día
ya no como saludo
ese paradigma decimonónico
sino como profundo deseo
ojalá como momento compartido

y es un poco hipócrita, lo sé
no existe día bueno en saber
que sólo en nuestro país
cada jornada mueren más de 8 niños
por desnutrición
y cuántos otros van a sentir estrujarse
sus pequeñas tripas
y eso no se me olvida
aunque te salude
sonriendo tontamente
o hasta un poco dormido

sé que la tierra clama bajo nuestros pies
y también más abajo
porque en algún lado
donde nadie mira
y a veces también donde los miran
le están esquilmando las entrañas

perdura el paso de trabajadores y desocupados
por las calles
codo a codo con la miseria
entre charcos de lágrimas o sangre
y vaya a saber uno dónde hace huella
el paso de los campesinos desterrados
y el grito de los pueblos originarios
nuestras raíces
porque les mutilan las ramas
esos otros que siguen haciéndose la América

pero quiero decir
buen día
sea donde sea que amanezca
buen día
porque después de todo
triste o feliz nuestra jornada
voy a poner la pava al fuego y a esperarte
con el mate y el alma listos
y qué buen día que va a ser entonces
cuando me regales tu sonrisa
y nos demos cuenta que todavía estamos
que el cansancio no es excusa
y sólo bajamos los brazos para abrazarnos
y juntar tantas más fuerzas
y seguir
francos, dispuestos, comprometidos
porque capaz entonces
podamos despertarnos mañana
y decir, sin temor a equivocarnos,
buen día

lunes, 9 de septiembre de 2013

Mi boca tiembla por besar estas palabras,
que saben un poco a pensamiento;
que te dibujan y te nombran
con su callado eco.

Mi boca, que se amarga
con la negrura de la roza que agosta los campos,
pues sólo letras tengo y es a ti a quien busco
y a tientas no te hallo

aunque eres mía y aquí te tengo,
entre mis manos vacías;
como tengo pelos, piel y uñas
y zapatos, camisas, calles y paredes,
y perros y árboles y todas las canciones que el río canta.

Tanto tengo y quizás más. ¿O no es tu sombra
la misma sombra con que la noche oscurece?
¡Si me despierta el viento con tus susurros, con tus mil voces!
Ciego yo que no he querido verte,
trémula la carne que te anhela
porque ignora tus verdades; la certeza de saberte
aquí, y allí en donde te piensas,
y en todas partes.

Son mis lágrimas la vida
que rebosa en la clepsidra, de tan tristes,
porque tú eres la tristeza.
Y eres la dulzura, la paciencia, la esperanza,
cada piedra, cada templo, cada llaga,
los gestos, las virtudes, las pasiones.

Eres mía, mujer, porque algo tengo y te respiro.
Tengo el amor, y tú eres también eso.
Pero a ti, a ti no puedo tenerte;
simple como un grito, la futilidad del tiempo.
Para ti seré una estrella, una nube.
Y seré barco, serpiente, arbusto.
Seré nada, tal vez, y no me verás
hasta que no llegue el final de este torrente;
sólo entonces, tal vez, te tendré
y tú también me tendrás,
justo donde todo acabe, donde tú y yo y todas las cosas
somos y seremos plenamente uno.

domingo, 21 de abril de 2013


Si sólo por hacer es que lo hicieron
tan solo y tan lejano al triste olvido
tan sólo por decir es que te digo
si, solo, por morir es que me muero

verás que gastaré todo tintero
lloviendo de lo eterno mi certeza;
lloviendo gota a gota en tu cabeza
verás que, por morir, amé primero.

jueves, 21 de marzo de 2013

Penas

Saber a dónde irás, pretensión loca
que sucumbe bajo el peso del pasado;
conocen estos labios el pecado
aun la amnesia se apodere de mi boca

y me prive, vida mía, de nombrarte,
y me guarde de sentir esto que siento;
inocente es querer burlar el tiempo
en que el pecho se detenga a contemplarte.

Penar por un dolor es menos fiero
que asumir sempiternas agonías:
no puede el dolor darme la vida
como lo hace este amor por que me muero.

miércoles, 13 de marzo de 2013

Puertos


Guardo tu sonrisa intacta
iluminando desde tu retrato.
¡Qué bella cumbre,
aquél instante!
Qué pena no caber en el molde
del hombre que esperas.
Qué pena tu imagen sobre mi repisa,
qué pena hallar tu inocencia en mi boca,
qué pena corromperte por mis pies de barro.
¿Cómo he de culparte en tu partida?
¿Cómo ibas a lidiar con estas sombras,
con el reflejo descarnado en mis espejos
cuando me asalta el recuerdo
del dolor bajo mi piel?
No pude decirte a tiempo
tanto odio que guardo.
No supe contarte nunca
de mi voz desgarrada.

Llevo la vida inmensa
multiplicándose entre mis manos.
¡Qué agonía intensa
algunas noches!
Han visto mis ojos ceñirse la muerte
sobre unas manos niñas que jugaban.
Mi sangre fue testigo del temor,
del flagelo, de tanto castigo.
¿Cómo no olvidar el sabor de mis lágrimas
entre tantos desencuentros?
Qué pena perderme a mí mismo,
qué pena no poder borrar los duelos,
qué pena no aguantar un poco más.

Guardo tu sonrisa intacta
iluminando desde tu retrato.
Guardo tu tranquilidad,
tu paz, tu sueño,
Tan sólo los guardo.