Sobre la mesa sólo pude poner los codos
y sobre las manos, el rostro, para pensar
la ciudad que ya se va a dormir
y habrá quienes salgan a joder
pero la pucha, que las penas no tienen sueño
y encima hoy, que por no tener
no tengo ni lágrimas que llorar,
y mañana otra vez al ruedo
a contarles que todavía sirvo pero
cómo para que no lo corran a uno
como a un mendigo
si cada vez más desprolijo y estropeado
y cada vez más temprano
como si fuese un mendigo
pero es que no quiero
que me vean así los gurises
y encima hoy, que por no tener
no tengo ni lágrimas que llorar
y tampoco a vos te tengo
pero no te culpo, ¿sabés?
porque la mano venía jodida
y sólo quisiste escaparle al hambre
que a veces ni se aguanta
los gurises de tan buenos ni se quejan
pero están tan flaquitos
cada vez me parece verlos más chiquitos
el más grande ya tiene cuatro
y aunque nunca me pregunta
se le nota en los ojos que se acuerda de vos
casi tanto como yo
si ya me da verguenza
pedirle a la vecina que me los cuide un rato
y el más chiquito que le dice mamá
ya me da varguenza
y yo que le digo que a la tarde vuelvo con el pan
y nunca alcanza para todos
pero deje, vecina, que coman los chicos
y dejese un poquito usté
que estos sí que dan trabajo y anduvo todo el día
yo me voy, vea como pasa el tiempo
que ya se hizo de noche
hay que acostar a los chicos
otra vez el viento, qué desastre,
y poner en la mesa los codos
y pensar
y pensar
domingo, 19 de enero de 2014
jueves, 26 de diciembre de 2013
buen día...
mas quiero decir
en verdad
buen día
ya no como saludo
ese paradigma decimonónico
sino como profundo deseo
ojalá como momento compartido
y es un poco hipócrita, lo sé
no existe día bueno en saber
que sólo en nuestro país
cada jornada mueren más de 8 niños
por desnutrición
y cuántos otros van a sentir estrujarse
sus pequeñas tripas
y eso no se me olvida
aunque te salude
sonriendo tontamente
o hasta un poco dormido
sé que la tierra clama bajo nuestros pies
y también más abajo
porque en algún lado
donde nadie mira
y a veces también donde los miran
le están esquilmando las entrañas
perdura el paso de trabajadores y desocupados
por las calles
codo a codo con la miseria
entre charcos de lágrimas o sangre
y vaya a saber uno dónde hace huella
el paso de los campesinos desterrados
y el grito de los pueblos originarios
nuestras raíces
porque les mutilan las ramas
esos otros que siguen haciéndose la América
pero quiero decir
buen día
sea donde sea que amanezca
buen día
porque después de todo
triste o feliz nuestra jornada
voy a poner la pava al fuego y a esperarte
con el mate y el alma listos
y qué buen día que va a ser entonces
cuando me regales tu sonrisa
y nos demos cuenta que todavía estamos
que el cansancio no es excusa
y sólo bajamos los brazos para abrazarnos
y juntar tantas más fuerzas
y seguir
francos, dispuestos, comprometidos
porque capaz entonces
podamos despertarnos mañana
y decir, sin temor a equivocarnos,
buen día
mas quiero decir
en verdad
buen día
ya no como saludo
ese paradigma decimonónico
sino como profundo deseo
ojalá como momento compartido
y es un poco hipócrita, lo sé
no existe día bueno en saber
que sólo en nuestro país
cada jornada mueren más de 8 niños
por desnutrición
y cuántos otros van a sentir estrujarse
sus pequeñas tripas
y eso no se me olvida
aunque te salude
sonriendo tontamente
o hasta un poco dormido
sé que la tierra clama bajo nuestros pies
y también más abajo
porque en algún lado
donde nadie mira
y a veces también donde los miran
le están esquilmando las entrañas
perdura el paso de trabajadores y desocupados
por las calles
codo a codo con la miseria
entre charcos de lágrimas o sangre
y vaya a saber uno dónde hace huella
el paso de los campesinos desterrados
y el grito de los pueblos originarios
nuestras raíces
porque les mutilan las ramas
esos otros que siguen haciéndose la América
pero quiero decir
buen día
sea donde sea que amanezca
buen día
porque después de todo
triste o feliz nuestra jornada
voy a poner la pava al fuego y a esperarte
con el mate y el alma listos
y qué buen día que va a ser entonces
cuando me regales tu sonrisa
y nos demos cuenta que todavía estamos
que el cansancio no es excusa
y sólo bajamos los brazos para abrazarnos
y juntar tantas más fuerzas
y seguir
francos, dispuestos, comprometidos
porque capaz entonces
podamos despertarnos mañana
y decir, sin temor a equivocarnos,
buen día
lunes, 9 de septiembre de 2013
Mi boca tiembla por besar estas palabras,
que saben un poco a pensamiento;
que te dibujan y te nombran
con su callado eco.
Mi boca, que se amarga
con la negrura de la roza que agosta los campos,
pues sólo letras tengo y es a ti a quien busco
y a tientas no te hallo
aunque eres mía y aquí te tengo,
entre mis manos vacías;
como tengo pelos, piel y uñas
y zapatos, camisas, calles y paredes,
y perros y árboles y todas las canciones que el río canta.
Tanto tengo y quizás más. ¿O no es tu sombra
la misma sombra con que la noche oscurece?
¡Si me despierta el viento con tus susurros, con tus mil voces!
Ciego yo que no he querido verte,
trémula la carne que te anhela
porque ignora tus verdades; la certeza de saberte
aquí, y allí en donde te piensas,
y en todas partes.
Son mis lágrimas la vida
que rebosa en la clepsidra, de tan tristes,
porque tú eres la tristeza.
Y eres la dulzura, la paciencia, la esperanza,
cada piedra, cada templo, cada llaga,
los gestos, las virtudes, las pasiones.
Eres mía, mujer, porque algo tengo y te respiro.
Tengo el amor, y tú eres también eso.
Pero a ti, a ti no puedo tenerte;
simple como un grito, la futilidad del tiempo.
Para ti seré una estrella, una nube.
Y seré barco, serpiente, arbusto.
Seré nada, tal vez, y no me verás
hasta que no llegue el final de este torrente;
sólo entonces, tal vez, te tendré
y tú también me tendrás,
justo donde todo acabe, donde tú y yo y todas las cosas
somos y seremos plenamente uno.
que saben un poco a pensamiento;
que te dibujan y te nombran
con su callado eco.
Mi boca, que se amarga
con la negrura de la roza que agosta los campos,
pues sólo letras tengo y es a ti a quien busco
y a tientas no te hallo
aunque eres mía y aquí te tengo,
entre mis manos vacías;
como tengo pelos, piel y uñas
y zapatos, camisas, calles y paredes,
y perros y árboles y todas las canciones que el río canta.
Tanto tengo y quizás más. ¿O no es tu sombra
la misma sombra con que la noche oscurece?
¡Si me despierta el viento con tus susurros, con tus mil voces!
Ciego yo que no he querido verte,
trémula la carne que te anhela
porque ignora tus verdades; la certeza de saberte
aquí, y allí en donde te piensas,
y en todas partes.
Son mis lágrimas la vida
que rebosa en la clepsidra, de tan tristes,
porque tú eres la tristeza.
Y eres la dulzura, la paciencia, la esperanza,
cada piedra, cada templo, cada llaga,
los gestos, las virtudes, las pasiones.
Eres mía, mujer, porque algo tengo y te respiro.
Tengo el amor, y tú eres también eso.
Pero a ti, a ti no puedo tenerte;
simple como un grito, la futilidad del tiempo.
Para ti seré una estrella, una nube.
Y seré barco, serpiente, arbusto.
Seré nada, tal vez, y no me verás
hasta que no llegue el final de este torrente;
sólo entonces, tal vez, te tendré
y tú también me tendrás,
justo donde todo acabe, donde tú y yo y todas las cosas
somos y seremos plenamente uno.
domingo, 21 de abril de 2013
jueves, 21 de marzo de 2013
Penas
Saber a dónde irás, pretensión loca
que sucumbe bajo el peso del pasado;
conocen estos labios el pecado
aun la amnesia se apodere de mi boca
y me prive, vida mía, de nombrarte,
y me guarde de sentir esto que siento;
inocente es querer burlar el tiempo
en que el pecho se detenga a contemplarte.
Penar por un dolor es menos fiero
que asumir sempiternas agonías:
no puede el dolor darme la vida
como lo hace este amor por que me muero.
que sucumbe bajo el peso del pasado;
conocen estos labios el pecado
aun la amnesia se apodere de mi boca
y me prive, vida mía, de nombrarte,
y me guarde de sentir esto que siento;
inocente es querer burlar el tiempo
en que el pecho se detenga a contemplarte.
Penar por un dolor es menos fiero
que asumir sempiternas agonías:
no puede el dolor darme la vida
como lo hace este amor por que me muero.
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