Si por amarte la razon estoy perdiendo,
si esta pasión me condujera hacia el delirio,
habría de cambiar el mundo entero
y convencerlo de que salte al precipicio
para que fueran todos los orates,
para que fueran todos los benditos
y en su afan de correr libres y tiernos
olviden los chalecos con precintos,
y entonces envolverte con mis brazos,
entonces caminar al infinito,
dibujar sobre tu cuerpo con mis manos,
sentir, vivir, gritar la dicha del idilio.