Con intransigente masoquismo
y la excusa de pensar
es que me dejo llevar
para encontrarme a mi mismo
y me envuelvo en el abismo
al que llaman soledad.
Una canción a lo lejos
y alguna idea mordaz
que me apuñala fugaz
me acompañan al espejo
donde insulto mi reflejo
por no poder hallar paz.
De llantos y de amarguras,
de recuerdos y silencios,
voy creando los cimientos
a la anunciada locura
del que se pierde en la altura
buscando volver el tiempo
para aprender del pasado,
para intentar sonreír
o volver, quizás, a sentir
que camino de tu mano
cuando buscarme es en vano
y pensar es delinquir.