No te alarmes
si me escuchas,
pero has de saber
que en ti espera
la plenitud de la belleza,
la cima de aquello
que llamamos amor.
De veras no quisiera
que te alarmes,
pero lo que digo es
que tienes en ti
la vida intacta,
que en ti descansa
toda esperanza.
Si te traicionas,
si te vuelves inmóvil,
si te escondes
o acaso te has ido,
si duermes tu sueño,
si rezas tus pasos,
si tan sólo no creyeras
olvidarán su nombre
las estrellas,
no volarán las golondrinas
hacia la primavera
y, sin quererlo,
habrás dado por perdido
aquello que no fue.
Mas no te alarmes...
jueves, 30 de diciembre de 2010
lunes, 20 de diciembre de 2010
Qué puedo darte
Lo más abyecto
en mí no ha existido
acechando oscuro
tras una esquina
por profanar de tu piel
la infancia intacta
en un arrebato.
No ha existido
en mí lo más sublime
vertiendo pétalos
por tus caminos
que aromen la inocencia
de mi amor y su
diáfana pureza.
¿Qué han de darte
mis manos simples?
¿Qué ha de darte
mi boca fresca,
esta risa
tan de niño,
mis ojos muertos?
¿Qué han de darte
mis pobres pasos?
¿Qué ha de darte
mi torpeza,
este andar
sin huellas,
mi letanía?
Escapa la certeza
de tu cuerpo claro
y tiembla
desde el borde
de mí mismo
la totalidad
si tú callas.
en mí no ha existido
acechando oscuro
tras una esquina
por profanar de tu piel
la infancia intacta
en un arrebato.
No ha existido
en mí lo más sublime
vertiendo pétalos
por tus caminos
que aromen la inocencia
de mi amor y su
diáfana pureza.
¿Qué han de darte
mis manos simples?
¿Qué ha de darte
mi boca fresca,
esta risa
tan de niño,
mis ojos muertos?
¿Qué han de darte
mis pobres pasos?
¿Qué ha de darte
mi torpeza,
este andar
sin huellas,
mi letanía?
Escapa la certeza
de tu cuerpo claro
y tiembla
desde el borde
de mí mismo
la totalidad
si tú callas.
viernes, 3 de diciembre de 2010
Postal desde mi ausencia
Bajo un rimero de papeles,
pretenciosas fotografías
que se alzan cual baluarte
de lo que acaso sucede
en los llantos y alegrías,
te busco, oculta, sin hallarte
entre la metáfora que vierto
con mis lágrimas de tinta,
en la sinalefa de enlazarte
a palabras que no acierto.
Y no quiero más la muerte viva
y no quiero más la vida quieta,
pues a tu voz oigo ufana
alejando de mis rimas
los vicios de los ascetas:
desde muy cerca me llamas
a desdeñar a tu lado
los silencios del silencio
aprehendido en tu mirada,
a practicar lo soñado.
pretenciosas fotografías
que se alzan cual baluarte
de lo que acaso sucede
en los llantos y alegrías,
te busco, oculta, sin hallarte
entre la metáfora que vierto
con mis lágrimas de tinta,
en la sinalefa de enlazarte
a palabras que no acierto.
Y no quiero más la muerte viva
y no quiero más la vida quieta,
pues a tu voz oigo ufana
alejando de mis rimas
los vicios de los ascetas:
desde muy cerca me llamas
a desdeñar a tu lado
los silencios del silencio
aprehendido en tu mirada,
a practicar lo soñado.
martes, 16 de noviembre de 2010
Amor y hoguera
Como arrojan las notas las cuerdas
de una guitarra entre las sombras,
fueron las trémulas fibras de la carne
vertiendo a lágrimas los cuerpos.
Y nos vestimos de noche y luna,
de fiebre y nada más.
Sobre el oro blanco que es tu espalda
dibujaron las espinas de mis manos
y temimos por la vida en los suspiros.
Y temía la muerte en los relojes
si nos veía bailar como la llama
que sobre una vela descansa.
Efigie de lo eterno, allí en tu gruta
me diste a beber alguna estrella,
manantial mismo de las almas.
Pétreo el mundo en el contorno de tus manos;
el fruto de tus labios, mi alimento.
Arrancamos los sonidos al silencio
para caer como madera desgarrada
entre el deseo que con garbo derramamos,
cuando a sed y sal volvimos exhaustos.
de una guitarra entre las sombras,
fueron las trémulas fibras de la carne
vertiendo a lágrimas los cuerpos.
Y nos vestimos de noche y luna,
de fiebre y nada más.
Sobre el oro blanco que es tu espalda
dibujaron las espinas de mis manos
y temimos por la vida en los suspiros.
Y temía la muerte en los relojes
si nos veía bailar como la llama
que sobre una vela descansa.
Efigie de lo eterno, allí en tu gruta
me diste a beber alguna estrella,
manantial mismo de las almas.
Pétreo el mundo en el contorno de tus manos;
el fruto de tus labios, mi alimento.
Arrancamos los sonidos al silencio
para caer como madera desgarrada
entre el deseo que con garbo derramamos,
cuando a sed y sal volvimos exhaustos.
viernes, 5 de noviembre de 2010
Romancillo de una infancia libre
Un colectivo atraviesa la calle
salpicando de barro las aceras
y quedan los años de mi infancia
colgados en la ventana abierta,
acercando viejos tiempos,
recuerdos de vida plena,
cuando soñar alcanzaba
para que se hicieran ciertas
las cosas que yo deseaba,
cariño en manos sinceras.
¿Qué fue de aquella sonrisa,
de ese niño que yo era
abrazando los detalles
de los días, de mi tierra
enana, los ojos de mi gente
que no eran de llanto ni pena?
¿Qué ha pasado con el mundo?
Ya no es mi alma serena
desde que tanto me duele
amarlo como lo hiciera.
No quiero al cielo sin aire
y sin pasos a la huella.
Tantas luces, humo, fiebre,
sabores, piel, piedras.
No quiero nada de nada.
Ya no es mi alma serena
desde que tanto me duele
el camino sin la belleza,
mi pueblo sin su esperanza,
la vida tras la frontera.
salpicando de barro las aceras
y quedan los años de mi infancia
colgados en la ventana abierta,
acercando viejos tiempos,
recuerdos de vida plena,
cuando soñar alcanzaba
para que se hicieran ciertas
las cosas que yo deseaba,
cariño en manos sinceras.
¿Qué fue de aquella sonrisa,
de ese niño que yo era
abrazando los detalles
de los días, de mi tierra
enana, los ojos de mi gente
que no eran de llanto ni pena?
¿Qué ha pasado con el mundo?
Ya no es mi alma serena
desde que tanto me duele
amarlo como lo hiciera.
No quiero al cielo sin aire
y sin pasos a la huella.
Tantas luces, humo, fiebre,
sabores, piel, piedras.
No quiero nada de nada.
Ya no es mi alma serena
desde que tanto me duele
el camino sin la belleza,
mi pueblo sin su esperanza,
la vida tras la frontera.
domingo, 24 de octubre de 2010
Furibundo ser
dibuja una gota
el surco en las mejillas
que el viento seca
y tú me dueles
bajo mis pies de barro
al sur de los abriles
si en un rincón de mi patio
descansa la esperanza
a las sombras de la higuera
el surco en las mejillas
que el viento seca
y tú me dueles
bajo mis pies de barro
al sur de los abriles
si en un rincón de mi patio
descansa la esperanza
a las sombras de la higuera
martes, 19 de octubre de 2010
De la lluvia y otras lágrimas
Con el morado de un pañuelo
ataste el cielo y tus cabellos.
Comencé a caer como la vida
a tus pies y en cada paso
y desperté en ti. Sólo supe
existir en el roce de tus manos
si enjugabas mi rostro
y mis temores. Eras sombra
y noche, escondiéndome
en tus ojos de abismo,
suave abrigo. Sobre
la acera quedó el vaho,
los zapatos y las luces
de todo lo ignorado.
Y en los labios
apagaste mi sangre, nos
perdimos de temernos
cuando, tiempo antes,
quedó ciega la última estrella
en un grito mudo de extrañarnos.
ataste el cielo y tus cabellos.
Comencé a caer como la vida
a tus pies y en cada paso
y desperté en ti. Sólo supe
existir en el roce de tus manos
si enjugabas mi rostro
y mis temores. Eras sombra
y noche, escondiéndome
en tus ojos de abismo,
suave abrigo. Sobre
la acera quedó el vaho,
los zapatos y las luces
de todo lo ignorado.
Y en los labios
apagaste mi sangre, nos
perdimos de temernos
cuando, tiempo antes,
quedó ciega la última estrella
en un grito mudo de extrañarnos.
domingo, 26 de septiembre de 2010
Ausencias
Sin prisas vienes
y me matas
al que yo era
allí por las mañanas
y no comprendo
si es de antes
o después
este camino
sin piel
sin desgarros
este camino
entre árboles de otoño
de luna temprana
y un ligero
pero penetrante
sabor de tierra y humedad
hacia tu cuerpo intacto
inmóvil
e incorpóreo
sobre mi misma piel tendido
mientras la sombra
en la pared dibujada
injusta
y enemiga
me devuelve abrazado
a la soledad y los silencios.
y me matas
al que yo era
allí por las mañanas
y no comprendo
si es de antes
o después
este camino
sin piel
sin desgarros
este camino
entre árboles de otoño
de luna temprana
y un ligero
pero penetrante
sabor de tierra y humedad
hacia tu cuerpo intacto
inmóvil
e incorpóreo
sobre mi misma piel tendido
mientras la sombra
en la pared dibujada
injusta
y enemiga
me devuelve abrazado
a la soledad y los silencios.
domingo, 12 de septiembre de 2010
Abriles
Risas. Estrados. Sirenas.
Relojes. Besos. Burbujas.
Viento. Gritos. Aceras.
Ciencias. Modas. Vuelos.
Leyes. Sangre. Conexiones.
Piedras. Arte. Víveres.
Llantos. Lenguajes. Manos.
Tierra. Armas. Miedos.
Formas. Colores. Ruido.
Eso es el mundo.
Vivir,
vivir es más
sencillo
y hermoso.
Bienvenido.
Relojes. Besos. Burbujas.
Viento. Gritos. Aceras.
Ciencias. Modas. Vuelos.
Leyes. Sangre. Conexiones.
Piedras. Arte. Víveres.
Llantos. Lenguajes. Manos.
Tierra. Armas. Miedos.
Formas. Colores. Ruido.
Eso es el mundo.
Vivir,
vivir es más
sencillo
y hermoso.
Bienvenido.
jueves, 9 de septiembre de 2010
Flagrante
No me tiendas tu mano
pródiga de regalos
si mi amor te conmueve.
Vendrá la lluvia de abril
a lavar la sangre de los adoquines
y en ella se habrá ido mi verdad,
mi voz de pueblo.
Guarda el odio
lanzado al mar
por el barranco de mis ojos.
Construye un ápice a la memoria
para encontrarnos allí,
cuando la vida se nos preste sempiterna,
sin poder tocarla,
tristemente.
Pero si se nos diera el fin
en alimentar la tierra
y nada más,
sabe que te estoy buscando,
hoy, no sé mañana.
pródiga de regalos
si mi amor te conmueve.
Vendrá la lluvia de abril
a lavar la sangre de los adoquines
y en ella se habrá ido mi verdad,
mi voz de pueblo.
Guarda el odio
lanzado al mar
por el barranco de mis ojos.
Construye un ápice a la memoria
para encontrarnos allí,
cuando la vida se nos preste sempiterna,
sin poder tocarla,
tristemente.
Pero si se nos diera el fin
en alimentar la tierra
y nada más,
sabe que te estoy buscando,
hoy, no sé mañana.
jueves, 19 de agosto de 2010
Hijos del fuego
Al abrigo de los brazos que se alzaron
en aquel éxodo de la libertad,
ellos se mecen.
¡No! No es locura el fragor
del humo que desatan.
Son cicatrices en las calles.
Inquieta al miedo su presencia temeraria
porque invita a no temer.
Inquieta a los tiranos su grito embravecido
porque pregona la justicia.
Ya no habrá que huir.
Signó el terror su sangre
y llueven pese a todo.
Despertarán al futuro
con viento de manos,
los hijos del fuego.
Acabarán los esoterismos de la vida
y seremos, al fin, libres.
Acabarán absueltos por la historia
los héroes de hoy.
en aquel éxodo de la libertad,
ellos se mecen.
¡No! No es locura el fragor
del humo que desatan.
Son cicatrices en las calles.
Inquieta al miedo su presencia temeraria
porque invita a no temer.
Inquieta a los tiranos su grito embravecido
porque pregona la justicia.
Ya no habrá que huir.
Signó el terror su sangre
y llueven pese a todo.
Despertarán al futuro
con viento de manos,
los hijos del fuego.
Acabarán los esoterismos de la vida
y seremos, al fin, libres.
Acabarán absueltos por la historia
los héroes de hoy.
lunes, 16 de agosto de 2010
Ilusiones de sinzonte
En un viejo manicomio,
por ciegos brazos, tirado
he sido. ¡Incomprendido
quien lleva alas en sus zapatos!
Por ver brillantes colores,
por respirar aire puro,
por sonreír difamante
de las mentiras del mundo.
Por promover la inocencia,
por dibujar con cenizas,
por componer los espejos
que nuestro rostro hacen trizas.
Mas no consienten el cambio:
- Blanco o negro - me afirman,
y contando los denarios:
- sólo oro es lo que brilla.
Paradójico destino
sería noble servicio
si no sirviera el humano
y sirvieran los oficios.
Sentencia a nuestro futuro,
"cultura" lleva por nombre,
pone dinero y trabajo
como rectores del hombre.
Pero ilusos han de ser
al pensar que en ésta celda
tanta vida puede entrar
sin dejar escapar hebras.
Quizás romperán en llanto
al sumergirse en sus ciencias
si mi sueño los abraza
en fieles reminiscencias:
cuando queme el sol sus sienes,
la lluvia sea condena
y la luna los traicione
al transmitirles su pena.
O quizás su pecho tiemble
con el canto del sinzonte
si descubren su mirada
perdida en el horizonte
y vean brillar colores
y respiren aire puro
y sonrían difamantes
de las mentiras del mundo.
Por promover la inocencia,
por dibujar con cenizas,
por componer los espejos
que a su rostro hacen trizas.
En un viejo manicomio,
por ciegos brazos, tirado
he sido. ¡Incomprendido
quien lleva alas en sus zapatos!
por ciegos brazos, tirado
he sido. ¡Incomprendido
quien lleva alas en sus zapatos!
Por ver brillantes colores,
por respirar aire puro,
por sonreír difamante
de las mentiras del mundo.
Por promover la inocencia,
por dibujar con cenizas,
por componer los espejos
que nuestro rostro hacen trizas.
Mas no consienten el cambio:
- Blanco o negro - me afirman,
y contando los denarios:
- sólo oro es lo que brilla.
Paradójico destino
sería noble servicio
si no sirviera el humano
y sirvieran los oficios.
Sentencia a nuestro futuro,
"cultura" lleva por nombre,
pone dinero y trabajo
como rectores del hombre.
Pero ilusos han de ser
al pensar que en ésta celda
tanta vida puede entrar
sin dejar escapar hebras.
Quizás romperán en llanto
al sumergirse en sus ciencias
si mi sueño los abraza
en fieles reminiscencias:
cuando queme el sol sus sienes,
la lluvia sea condena
y la luna los traicione
al transmitirles su pena.
O quizás su pecho tiemble
con el canto del sinzonte
si descubren su mirada
perdida en el horizonte
y vean brillar colores
y respiren aire puro
y sonrían difamantes
de las mentiras del mundo.
Por promover la inocencia,
por dibujar con cenizas,
por componer los espejos
que a su rostro hacen trizas.
En un viejo manicomio,
por ciegos brazos, tirado
he sido. ¡Incomprendido
quien lleva alas en sus zapatos!
domingo, 8 de agosto de 2010
Piedad
Piedad pido para mis manos.
Sean muros si destruyen
y si hacen, venas,
no artilugios.
Piedad pido para mis labios.
Abrigo, ruego, sea su silencio
y no callado.
Piedad pido para mi paz.
No de encierro y sueño,
sólo ajena la pretendo.
Piedad pido para mi piedad.
Sea de tierra, no sombras
de azul lapidario,
y siempre impía.
Sean muros si destruyen
y si hacen, venas,
no artilugios.
Piedad pido para mis labios.
Abrigo, ruego, sea su silencio
y no callado.
Piedad pido para mi paz.
No de encierro y sueño,
sólo ajena la pretendo.
Piedad pido para mi piedad.
Sea de tierra, no sombras
de azul lapidario,
y siempre impía.
martes, 3 de agosto de 2010
Réalisme magique
Te inventaron deidades,
te signaron yugos,
te volvieron viento,
te nombraron marzo.
Por ti pelearon
y por ti volvieron.
Por ti crearon
y por ti creyeron.
Te alabo, mujer,
y por ti sueño.
Te sueño, mujer,
y por ti muero.
No diosa, no viento,
no presa ni flores:
sólo mujer,
así te anhelo.
te signaron yugos,
te volvieron viento,
te nombraron marzo.
Por ti pelearon
y por ti volvieron.
Por ti crearon
y por ti creyeron.
Te alabo, mujer,
y por ti sueño.
Te sueño, mujer,
y por ti muero.
No diosa, no viento,
no presa ni flores:
sólo mujer,
así te anhelo.
jueves, 29 de julio de 2010
Los trenes
Estaba muy apurado como para cualquier cosa. No recuerdo hacia dónde caminaba - no sé si acaso me lo había preguntado - pero mis pies se movían rápido y mis ojos no miraban a ningún lugar. El frío de las mañanas en invierno me hizo refugiarme en los bolsillos y sólo pensaba en llegar, cuando tú te cruzaste. Caminabas por la vereda, en la misma dirección de mi destino - sea cual fuese - acompañada por dos personas mayores. Quizás tus padres. Quizás dos extraños. No lo sé.
Apostaría que se trataba de un día como cualquier otro, pero no estoy seguro de que hubiera alguien más en la calle. Sólo ustedes y yo. O ellos y nosotros, pues los ancianos - cada vez que los miraba parecían cargar más años - parloteaban caminando, ahora delante nuestro, como si no notaran nuestra presencia. Y tú, para mi bendito asombro, estabas a mi lado y seguías mis pasos impidiéndome que cruzara la calle. Fue en esa pulseada ingenua, en que te interponías y yo intentaba esquivarte, que por primera vez nos miramos a los ojos. Y una lágrima bajó a tu mejilla anunciando que todo esto no era un juego. Me dijiste que no me vaya, que siempre lo hacía, y me sumé a tu silencio.
Caminamos de la mano por un tiempo, si es que el tiempo seguía pasando. Aquellos viejos se habían convertido en sólo un susurro, tomados del brazo tras sus grandes abrigos, sobrios y elegantes. Tú cargabas una boina oscura y tu pelo, justo sobre los hombros, dejaba ver tu rostro, dulce y ya no tan triste. Entonces me apretaste la mano, deteniendo mi andar y mi distracción: delante mío estaban las vías del tren, que lentamente se acercaba mientras los ancianos, a nuestro lado, esperaban pacientemente que terminara su cruce, hablando como siempre.
Apostaría que se trataba de un día como cualquier otro, pero no estoy seguro de que hubiera alguien más en la calle. Sólo ustedes y yo. O ellos y nosotros, pues los ancianos - cada vez que los miraba parecían cargar más años - parloteaban caminando, ahora delante nuestro, como si no notaran nuestra presencia. Y tú, para mi bendito asombro, estabas a mi lado y seguías mis pasos impidiéndome que cruzara la calle. Fue en esa pulseada ingenua, en que te interponías y yo intentaba esquivarte, que por primera vez nos miramos a los ojos. Y una lágrima bajó a tu mejilla anunciando que todo esto no era un juego. Me dijiste que no me vaya, que siempre lo hacía, y me sumé a tu silencio.
Caminamos de la mano por un tiempo, si es que el tiempo seguía pasando. Aquellos viejos se habían convertido en sólo un susurro, tomados del brazo tras sus grandes abrigos, sobrios y elegantes. Tú cargabas una boina oscura y tu pelo, justo sobre los hombros, dejaba ver tu rostro, dulce y ya no tan triste. Entonces me apretaste la mano, deteniendo mi andar y mi distracción: delante mío estaban las vías del tren, que lentamente se acercaba mientras los ancianos, a nuestro lado, esperaban pacientemente que terminara su cruce, hablando como siempre.
Ya no pasan muchos trenes por estos lugares. Apenas quedan unos pocos vagones de carga. Pero este tren era distinto. Lo confirmé cuando, tirando de mi mano, me subiste a él, contigo. Estaba completamente vacío, y aunque se dejaba notar el paso de los años su sencillez lo mostraba bien cuidado.
Allí reímos juntos, saltando por el pasillo, desparramados sobre las butacas. Jugando, divertidos; desafiando al invierno que invita a quedarse bajo una manta y que con el frío y la niebla ofuscaba las ventanillas, quitando la vista. No sabía donde estábamos - nunca lo supe - cuando te levantaste y tiraste de mi mano nuevamente, obligándome esta vez a bajar detrás tuyo. Parecía no importarte nunca la falta de estaciones, boletos, gente o cualquier cosa que me sacara de mi asombro por lo que ya parecía un sueño.
Quedamos junto a las vías de un tren que se alejaba, despacio y constante. Habían dos ancianos que empezaban a cruzar y tú, soltándome la mano, te fuiste junto a ellos. Y reímos juntos por última vez, cuando te volteaste sobre tu hombro para mirarme, escondiéndote entre la gente tal como lo hacen los trenes.
sábado, 24 de julio de 2010
De burros y zanahorias
¿Un sueño? ¡Pero qué cosas dices!
¡Oye! Baja la voz. No querrás que te escuchen.
¿Es que acaso no comprendes?
Tú no puedes estar cansado.
Ya habían puesto tu nombre junto a aquella cruz
donde pintaste tu huella.
Ahora, todo está escrito. Acostúmbrate,
pues nada podrás cambiar.
Los suelos han de pintarse con tu sudor
y tu sangre, sólo así serás libre.
Pero témele a la muerte;
dicen que existen guillotinas
para quienes osan romper el contrato
en que acordaste empeñar tu esfuerzo
a costa de lo que fuera sucediera.
Es el precio de entrada al Edén.
Todo podrás tenerlo,
siempre que te mantengas en silencio
y no te salgas de la fila.
Extracto de las "Fábulas de la rutina contemporánea", precisamente de aquella titulada "La divinidad comediante", sobre las respuestas que diera una vieja mula a las querellas de un asno joven durante el siglo XVII, mientras descendían cargados con plata de la mina del Cerro Rico hacia la Villa Imperial de Potosí, que pudieron ser anotadas por un tercer animal a pesar del silencio de los hombres.
¡Oye! Baja la voz. No querrás que te escuchen.
¿Es que acaso no comprendes?
Tú no puedes estar cansado.
Ya habían puesto tu nombre junto a aquella cruz
donde pintaste tu huella.
Ahora, todo está escrito. Acostúmbrate,
pues nada podrás cambiar.
Los suelos han de pintarse con tu sudor
y tu sangre, sólo así serás libre.
Pero témele a la muerte;
dicen que existen guillotinas
para quienes osan romper el contrato
en que acordaste empeñar tu esfuerzo
a costa de lo que fuera sucediera.
Es el precio de entrada al Edén.
Todo podrás tenerlo,
siempre que te mantengas en silencio
y no te salgas de la fila.
Extracto de las "Fábulas de la rutina contemporánea", precisamente de aquella titulada "La divinidad comediante", sobre las respuestas que diera una vieja mula a las querellas de un asno joven durante el siglo XVII, mientras descendían cargados con plata de la mina del Cerro Rico hacia la Villa Imperial de Potosí, que pudieron ser anotadas por un tercer animal a pesar del silencio de los hombres.
martes, 6 de julio de 2010
Sin manuales
¡Si acaso parece ayer
cuando semilla yo era,
por sus manos y maneras
moldeado y puesto a crecer!
Por favor, tiempo, no puede
usted así despedirse.
Ayúdeme a redimirme,
a que en páramo no quede.
Alimentar a las fieras,
con mi carne y mis lamentos,
será si en este momento
me soltase usted ahí fuera.
Suplico tenga mi mano
y acompañe mi sentir,
pues de enseñarme a vivir
creo que se ha olvidado
o será que en la madeja
no hallo las instrucciones
y me asaltan los temores
si lo veo que se aleja.
cuando semilla yo era,
por sus manos y maneras
moldeado y puesto a crecer!
Por favor, tiempo, no puede
usted así despedirse.
Ayúdeme a redimirme,
a que en páramo no quede.
Alimentar a las fieras,
con mi carne y mis lamentos,
será si en este momento
me soltase usted ahí fuera.
Suplico tenga mi mano
y acompañe mi sentir,
pues de enseñarme a vivir
creo que se ha olvidado
o será que en la madeja
no hallo las instrucciones
y me asaltan los temores
si lo veo que se aleja.
miércoles, 30 de junio de 2010
Ira
¿Dónde están
las sombras, los cuatro jinetes,
el pedrisco, Abaddon,
las criaturas y los siete candelabros,
el abismo de fuego,
el elevado solio, el azufre,
los gritos, el dragón,
los terremotos, el sol oscuro,
los mares de sangre y el miedo?
¿Qué debo hacer
con un ataúd, un puñado de tierra
y éstas lágrimas?
las sombras, los cuatro jinetes,
el pedrisco, Abaddon,
las criaturas y los siete candelabros,
el abismo de fuego,
el elevado solio, el azufre,
los gritos, el dragón,
los terremotos, el sol oscuro,
los mares de sangre y el miedo?
¿Qué debo hacer
con un ataúd, un puñado de tierra
y éstas lágrimas?
viernes, 25 de junio de 2010
Tabú
Sin desearlo y con deseo
tu carne me confiesa
que es eterno el amor
de mil noches y un día.
Con un suspiro entre dientes
se yergue mi hombría
y tu piel se eriza en mis uñas
rasgando tu espalda.
Me abres el íntimo lecho
de tu calidez y tu cuerpo,
trémulo en mis labios,
me baña de sal y anhelo.
Lumbre soy entre tus manos
que me aferran y empujan
cuando me acerco y alejo,
libido y lascivia.
Respiro de ti,
te descarno y me adentro
en tu mar y pasiones,
desenfreno y sudor.
Seremos incorpóreos,
derretidos, magnates
hedónicos e incautos
ebrios de miel.
Bomba de tiempo y sangre
explotaré en ti y, extasiada,
harás implosión, ninfa sensible.
Mas, por la mañana partirás.
tu carne me confiesa
que es eterno el amor
de mil noches y un día.
Con un suspiro entre dientes
se yergue mi hombría
y tu piel se eriza en mis uñas
rasgando tu espalda.
Me abres el íntimo lecho
de tu calidez y tu cuerpo,
trémulo en mis labios,
me baña de sal y anhelo.
Lumbre soy entre tus manos
que me aferran y empujan
cuando me acerco y alejo,
libido y lascivia.
Respiro de ti,
te descarno y me adentro
en tu mar y pasiones,
desenfreno y sudor.
Seremos incorpóreos,
derretidos, magnates
hedónicos e incautos
ebrios de miel.
Bomba de tiempo y sangre
explotaré en ti y, extasiada,
harás implosión, ninfa sensible.
Mas, por la mañana partirás.
lunes, 21 de junio de 2010
En la sombra
No cierren la puerta
que ha quedado gente en casa.
La gente se aprieta y pasa
a aquella fiesta.
Vuelan luces, juegos y colores.
Bailan, se divierten
y borran al mundo de su mente
revestidos de pasiones.
Ya no apaguen la luz,
también hay luces en la sombra.
Ya no apaguen la luz,
guardo un verso que te nombra
bajo una almohada
que no has de necesitar.
No me esquives la mirada.
Hace frío sin tus ojos
y este miedo es un manojo
de dudas y soledad.
Tendrás que regresar,
aunque no quieras pasa el tiempo
y no puedes olvidarte
que has venido de un lugar.
Ya no apagues la luz,
siempre te esperan las sombras.
Ya no apagues la luz,
toda esta gente te nombra
y no es la fiesta,
es la sangre que se va a derramar.
que ha quedado gente en casa.
La gente se aprieta y pasa
a aquella fiesta.
Vuelan luces, juegos y colores.
Bailan, se divierten
y borran al mundo de su mente
revestidos de pasiones.
Ya no apaguen la luz,
también hay luces en la sombra.
Ya no apaguen la luz,
guardo un verso que te nombra
bajo una almohada
que no has de necesitar.
No me esquives la mirada.
Hace frío sin tus ojos
y este miedo es un manojo
de dudas y soledad.
Tendrás que regresar,
aunque no quieras pasa el tiempo
y no puedes olvidarte
que has venido de un lugar.
Ya no apagues la luz,
siempre te esperan las sombras.
Ya no apagues la luz,
toda esta gente te nombra
y no es la fiesta,
es la sangre que se va a derramar.
jueves, 17 de junio de 2010
Heridas de pueblo
A todos aquellos que la justicia olvida,
muertos y vivos,
porque jamás podrá borrarse su nombre.
muertos y vivos,
porque jamás podrá borrarse su nombre.
"¡Presente!" grita cada paso y moviliza,
y hay a cada día un nuevo rostro.
Y grita con voz de pueblo y de memoria,
de voluntad, de fortaleza,
de solidaridad y compañía.
Es amor y nobleza,
cada lucha, cada hermano,
cada mano que se extiende.
"¡Presente!" grita la muerte cada noche
y otro nombre escribe en los carteles.
Y grita con voz de guerra y de miedo,
de hambre, de violencia,
de catástrofes y enfermedades.
Es indiferencia y avaricia,
cada crimen, cada golpe,
cada mirada que cierra los ojos.
Podrá el viento llevarse las palabras,
pero jamás la voz.
Podrá el tiempo borrar el dolor,
pero jamás la sangre.
Podrán los verdugos quitar el cuerpo,
pero jamás la vida.
¡Se alce cada hueso y traiga
con su réquiem el recuerdo de los vivos!
martes, 15 de junio de 2010
Sabiduría
¡Sísifo, tramposo! ¡Esa no es la piedra que ha rodado! Déjate de juegos y vuelve a tu castigo, ¿o piensas que no reconozco la piedra filosofal cuando la veo?
jueves, 10 de junio de 2010
Reflejo condicionado
Suena la campana
y tú te despiertas
cuando el perro babea.
Lentamente inicias la rutina.
El amo sirve la comida.
¡Detente!
El perro está por empezar a comer.
y tú te despiertas
cuando el perro babea.
Lentamente inicias la rutina.
El amo sirve la comida.
¡Detente!
El perro está por empezar a comer.
domingo, 6 de junio de 2010
De tarde
Estabas allí, sentada a mi lado,
cuando dejó el mundo de girar.
Quedó sólo sepia fotografía
de la gente que iba y venía,
y fue tan sordo el silencio
que también el sol se congeló
un instante, para contemplarte.
Desbordado de tus ojos
te arrebaté en un beso
y todo recobró su movimiento y su color
justo cuando yo dejaba de soñar.
cuando dejó el mundo de girar.
Quedó sólo sepia fotografía
de la gente que iba y venía,
y fue tan sordo el silencio
que también el sol se congeló
un instante, para contemplarte.
Desbordado de tus ojos
te arrebaté en un beso
y todo recobró su movimiento y su color
justo cuando yo dejaba de soñar.
miércoles, 2 de junio de 2010
Pesimismo
Tiñe de hiel los mares
echando tu alma en lágrimas
y habla de princesas y rosas,
de espadas y besos. O calla.
Calla y deja que el silencio hable.
Ajusta en tus manos la cuerda
cuando te dejen a solas las ratas
sobre tus ganas de correr.
Es lejano el horizonte
y no huele a lluvia el prado.
¿Ya has visto que no hay prado?
Sé perseverante en la derrota
si has firmado las falacias del destino.
echando tu alma en lágrimas
y habla de princesas y rosas,
de espadas y besos. O calla.
Calla y deja que el silencio hable.
Ajusta en tus manos la cuerda
cuando te dejen a solas las ratas
sobre tus ganas de correr.
Es lejano el horizonte
y no huele a lluvia el prado.
¿Ya has visto que no hay prado?
Sé perseverante en la derrota
si has firmado las falacias del destino.
martes, 1 de junio de 2010
Remembranza
Rosa de los vientos
que en silencio y por la tarde
sobre mi pecho descansas
quitándome el sueño
soy un segundo tu dueño
por palabras en labranza
que pretenden dibujarte
borrando el tiempo.
que en silencio y por la tarde
sobre mi pecho descansas
quitándome el sueño
soy un segundo tu dueño
por palabras en labranza
que pretenden dibujarte
borrando el tiempo.
sábado, 29 de mayo de 2010
Nostalgia
Puedo sentir las nubes ennegrecidas, la quietud tensando el ambiente. El aire toma un denso aroma.
Resulta difícil creer el giro de la noche.
Al fin, un rayo explota en un estruendo mudo, desatando lo inevitable: la primer lágrima es la más difícil de soltar.
Resulta difícil creer el giro de la noche.
Al fin, un rayo explota en un estruendo mudo, desatando lo inevitable: la primer lágrima es la más difícil de soltar.
martes, 18 de mayo de 2010
Etimología
A *Lin, hermana de la vida.
Ni griego
ni latín,
siquiera antiguo,
tienen todas las palabras
su origen en una lengua,
una única lengua,
y que es la tuya;
y nacen en el tiempo
en que de tus labios caen
cargando todo el peso
de la historia sobre sí
(de la historia futura,
aún en sombras)
hasta que algún dios,
altivo y lejano,
- o alguien jugando a serlo -
piense que ha creado la luz
dando lugar a la vida
ya muerta de este segundo,
sin título
y sin laureles,
que fue
inconteniblemente nuestro
y ya.
miércoles, 12 de mayo de 2010
Desnuda
Detenga allí sus pasos, señorita.
Lleva usted algo que me pertenece,
no piense que no la he visto.
Largo tiempo la he buscado,
sin mi reflejo y sin mi sombra,
pensando que era usted quien me faltaba.
Y aunque le parezca iluso e irrisorio
no se atreva - por favor - a moverse,
que me tiene a mí entre sus manos.
Sepa que yo, sin un yo, ya no soy nada.
Ni los días lo son, ni las horas ni segundos
ni colores ni aromas ni susurros.
Deje el periplo de la huida, lo encarezco;
le suplico, le amenazo, le prohibo.
Traiga hasta mí aquellos, mis pasos.
Pero, ¿por qué llora, señorita? ¿Es acaso...?
Está bien. Sepa que no la he visto.
No piense que yo, sin un yo, ya no soy nada.
Sonría y al caminar no vuelva su cabeza,
le suplico, le amenazo, le prohibo.
Mas, sea amable: mándeme mis saludos. Adiós.
Lleva usted algo que me pertenece,
no piense que no la he visto.
Largo tiempo la he buscado,
sin mi reflejo y sin mi sombra,
pensando que era usted quien me faltaba.
Y aunque le parezca iluso e irrisorio
no se atreva - por favor - a moverse,
que me tiene a mí entre sus manos.
Sepa que yo, sin un yo, ya no soy nada.
Ni los días lo son, ni las horas ni segundos
ni colores ni aromas ni susurros.
Deje el periplo de la huida, lo encarezco;
le suplico, le amenazo, le prohibo.
Traiga hasta mí aquellos, mis pasos.
Pero, ¿por qué llora, señorita? ¿Es acaso...?
Está bien. Sepa que no la he visto.
No piense que yo, sin un yo, ya no soy nada.
Sonría y al caminar no vuelva su cabeza,
le suplico, le amenazo, le prohibo.
Mas, sea amable: mándeme mis saludos. Adiós.
jueves, 6 de mayo de 2010
Falta de juicio
Tempranamente llegaste.
Venías a llevarme.
Quise entonces decirte tantas cosas,
tantas preguntas tuve para hacerte.
¿Qué debo hacer yo allí?
¿Cómo es que sabes que hoy no es pronto?
¿Dónde quedarán los sueños?
¿Cuándo supiste que sería el próximo?
¿Por qué no puedes darme un minuto más?
Pero antes de que pudiera decir algo,
antes de que mi voz pudiera
quebrar una lágrima en el aire,
tu mano de huesos se posó en mi hombro
de forma sencilla,
la tibieza de un gesto fraterno.
"Es tiempo", rezó un áspero susurro
y aquella verdad limpió el hielo.
Tú también sentías miedo.
Me contaste los bagajes del oficio
y su soledad penosa,
los romances con la luna,
de tus viajes por el mundo,
por qué brillan las estrellas...
hasta que lentamente me fui quedando dormido.
A la mañana siguiente desperté.
Tenía el alma seca y una sonrisa.
Quién sabe por qué,
presiento que aún no te habías ido de mi lado.
Cuando vuelvas de visita
he de regresarte la sonrisa que olvidaste
(que hermanamente compartiste por no poder llevarla)
y tú me dirás, como antes y entre copas,
por qué no supiste hacerlo,
pues no es común hallarse donde no se busca...
Venías a llevarme.
Quise entonces decirte tantas cosas,
tantas preguntas tuve para hacerte.
¿Qué debo hacer yo allí?
¿Cómo es que sabes que hoy no es pronto?
¿Dónde quedarán los sueños?
¿Cuándo supiste que sería el próximo?
¿Por qué no puedes darme un minuto más?
Pero antes de que pudiera decir algo,
antes de que mi voz pudiera
quebrar una lágrima en el aire,
tu mano de huesos se posó en mi hombro
de forma sencilla,
la tibieza de un gesto fraterno.
"Es tiempo", rezó un áspero susurro
y aquella verdad limpió el hielo.
Tú también sentías miedo.
Me contaste los bagajes del oficio
y su soledad penosa,
los romances con la luna,
de tus viajes por el mundo,
por qué brillan las estrellas...
hasta que lentamente me fui quedando dormido.
A la mañana siguiente desperté.
Tenía el alma seca y una sonrisa.
Quién sabe por qué,
presiento que aún no te habías ido de mi lado.
Cuando vuelvas de visita
he de regresarte la sonrisa que olvidaste
(que hermanamente compartiste por no poder llevarla)
y tú me dirás, como antes y entre copas,
por qué no supiste hacerlo,
pues no es común hallarse donde no se busca...
viernes, 30 de abril de 2010
lunes, 26 de abril de 2010
De colectivos
En tus jóvenes días
abrazas contra el pecho
libros de plomo y sueño.
¿Qué enmaraña tu rutina
que tus ojos no sonríen?
Desdóblate las ojeras
o esconderán honda pena
tus manos, mañana cansinas.
¡Salta al camino, rompe nudos,
que abrigan oro los gestos!
Filosofal sonrisa, piedra sencilla;
es éste aún el tiempo.
Te oigo gritar
tras tu pétreo parpadeo
y ya no estas sola allí.
Toma mi mano y baila,
está empezando el sol.
Me dirás todo en silencio
y en la calle y con desorden
se moverán los colores.
¡Gira y más veloz que el mundo,
haz del péndulo un bastón!
Cruz del sur; un, dos, tres;
es éste aún el tiempo.
abrazas contra el pecho
libros de plomo y sueño.
¿Qué enmaraña tu rutina
que tus ojos no sonríen?
Desdóblate las ojeras
o esconderán honda pena
tus manos, mañana cansinas.
¡Salta al camino, rompe nudos,
que abrigan oro los gestos!
Filosofal sonrisa, piedra sencilla;
es éste aún el tiempo.
Te oigo gritar
tras tu pétreo parpadeo
y ya no estas sola allí.
Toma mi mano y baila,
está empezando el sol.
Me dirás todo en silencio
y en la calle y con desorden
se moverán los colores.
¡Gira y más veloz que el mundo,
haz del péndulo un bastón!
Cruz del sur; un, dos, tres;
es éste aún el tiempo.
viernes, 23 de abril de 2010
Presencias
Te escribo un verso.
Luego lo tacho...
Ya han escrito a unos ojos.
Arrojo nuevas letras
y un borrón...
También hay sonrisas de papel.
En un renglón me detengo
y pienso:
labios, piel y sexo,
belleza y vida y sueño
y todo
merecidos poemarios tienen.
Entonces sólo tú me quedas,
tan simple,
indescifrable y siempre.
Luego lo tacho...
Ya han escrito a unos ojos.
Arrojo nuevas letras
y un borrón...
También hay sonrisas de papel.
En un renglón me detengo
y pienso:
labios, piel y sexo,
belleza y vida y sueño
y todo
merecidos poemarios tienen.
Entonces sólo tú me quedas,
tan simple,
indescifrable y siempre.
martes, 13 de abril de 2010
Caos puntual
El fin
y olvidas
- renaces
luego de un beso -
aquellos labios
que te mataron.
Y sientes.
Y vives.
Y amas.
Y vives.
Y sientes
que te mataron
aquellos labios
luego de un beso;
renaces
y olvidas.
El fin.
y olvidas
- renaces
luego de un beso -
aquellos labios
que te mataron.
Y sientes.
Y vives.
Y amas.
Y vives.
Y sientes
que te mataron
aquellos labios
luego de un beso;
renaces
y olvidas.
El fin.
domingo, 4 de abril de 2010
Espejos
jueves, 4 de marzo de 2010
Al alma
Dulce semilla de mi sangre
perdona mi traición y mi conciencia,
pues verás al llegar que este mundo
ha dejado una venda y un piolet
para ti, junto a tu cuna acomodados.
Te llamará a clamar victoria en lo más alto
con tus ojos cubiertos y obstinado,
inmaculado de dolor y muerte,
ignoto de los rostros que has pisado
en el trabajoso camino y su escarpada.
Mas no reniegues del mundo y sus regalos:
que te sirva su piolet para el descenso
a las entrañas mismas de la tierra
donde habrás de sanar con esa venda
la hemorragia de la vida que agoniza.
Abrirás nuevo camino a la esperanza,
haciendo en la experiencia la enseñanza
de que no siempre crece aquel que sube
ni progresa quien más tiene
y no ama el que regala.
perdona mi traición y mi conciencia,
pues verás al llegar que este mundo
ha dejado una venda y un piolet
para ti, junto a tu cuna acomodados.
Te llamará a clamar victoria en lo más alto
con tus ojos cubiertos y obstinado,
inmaculado de dolor y muerte,
ignoto de los rostros que has pisado
en el trabajoso camino y su escarpada.
Mas no reniegues del mundo y sus regalos:
que te sirva su piolet para el descenso
a las entrañas mismas de la tierra
donde habrás de sanar con esa venda
la hemorragia de la vida que agoniza.
Abrirás nuevo camino a la esperanza,
haciendo en la experiencia la enseñanza
de que no siempre crece aquel que sube
ni progresa quien más tiene
y no ama el que regala.
sábado, 27 de febrero de 2010
Caricias
Entre sombras, extraña
y lejana te muestras,
mas con dulce mirada
despacio te acercas;
arrobada caricia
de luna en tus ojos,
protectora que cuidas
mi sueño y arrojo.
Veloz te apareces,
efímera escapas.
Preguntas que acrecen.
Verdades que atrapan.
Compañera en secreto,
luz nocturna y calma,
¿qué calla el silencio,
el espejo de mi alma?
¿De vida o de muerte
es aquel, tu recado?
¿Es a mí que me quieres
o acaso es mi mano?
Te robas, tú, mis miedos,
tu paz a mí regalas
jugando en un cielo
de noche estrellada.
Hermosa eres, ángel
de rostro de plata,
de oscuros cabellos,
de boca que encanta.
Enséñame el resto,
descifra el mensaje,
estalla en un gesto.
Emprendamos el viaje.
y lejana te muestras,
mas con dulce mirada
despacio te acercas;
arrobada caricia
de luna en tus ojos,
protectora que cuidas
mi sueño y arrojo.
Veloz te apareces,
efímera escapas.
Preguntas que acrecen.
Verdades que atrapan.
Compañera en secreto,
luz nocturna y calma,
¿qué calla el silencio,
el espejo de mi alma?
¿De vida o de muerte
es aquel, tu recado?
¿Es a mí que me quieres
o acaso es mi mano?
Te robas, tú, mis miedos,
tu paz a mí regalas
jugando en un cielo
de noche estrellada.
Hermosa eres, ángel
de rostro de plata,
de oscuros cabellos,
de boca que encanta.
Enséñame el resto,
descifra el mensaje,
estalla en un gesto.
Emprendamos el viaje.
jueves, 18 de febrero de 2010
Versos libres
Rompí en risas
al abrir un viejo cajón
donde ayer dejé olvidado
un pequeño libro de poesías.
Allí leí de amores imposibles,
magníficos, elegantes, clandestinos,
perversos, delirantes, jubilosos,
puros, salvajes, reservados.
Y en tantas páginas repletas
y en tantos siglos transcurridos
ningún poeta ha acertado
que eres tú el amor más grande.
Por eso es que rompo en llanto
al cerrar aquel viejo cajón
donde hoy dejo olvidado
mi pequeño corazón junto a ese libro.
al abrir un viejo cajón
donde ayer dejé olvidado
un pequeño libro de poesías.
Allí leí de amores imposibles,
magníficos, elegantes, clandestinos,
perversos, delirantes, jubilosos,
puros, salvajes, reservados.
Y en tantas páginas repletas
y en tantos siglos transcurridos
ningún poeta ha acertado
que eres tú el amor más grande.
Por eso es que rompo en llanto
al cerrar aquel viejo cajón
donde hoy dejo olvidado
mi pequeño corazón junto a ese libro.
jueves, 11 de febrero de 2010
Denuncia de un desocupado
Se presenta ante el Honorable Tribunal la abierta acusación al conjunto de la humanidad bajo la carátula de "Usurpación de funciones agravada por alevosía y difamación de carácter", pues se comprende que en el devenir de los días y con el transcurso de guerras y delitos varios, fomentando miserias de la más baja calaña y escudada tras el odio, la muerte, el hambre, el dolor, el miedo y otras suertes, ha desplazado maliciosamente de su cargo a quien prestara otrora su incondicional servicio. Se ruega a los magistrados tomar urgentes medidas e impulsar el inconsciente colectivo para la restitución del querellante, en consideración de sus antecedentes laborales y buena presencia. Además y a fin de cuentas, Lucifer no es más que un niño.
martes, 9 de febrero de 2010
¿Qué ves tú?
(Imágenes del Chaco, una de las tantas venas abiertas de América Latina)
Los políticos ven un voto;
los empresarios, su ejército de reserva;
los estadistas, un número;
el sistema, sus engaños;
la realidad, una presa;
la caridad, un cliente;
el cielo, su ticket de ingreso;
la vida, su desconcierto;
la esperanza, su pasado;
la piedad, sus espaldas;
el amor, su decadencia;
¿qué ves tú?
Que alguien me explique cómo se hace para sumirse cada día en las frivolidades cotidianas, para dormir cada noche con la conciencia tranquila, como si disfrutaramos de la indiferencia.
Los políticos ven un voto;
los empresarios, su ejército de reserva;
los estadistas, un número;
el sistema, sus engaños;
la realidad, una presa;
la caridad, un cliente;
el cielo, su ticket de ingreso;
la vida, su desconcierto;
la esperanza, su pasado;
la piedad, sus espaldas;
el amor, su decadencia;
¿qué ves tú?
Que alguien me explique cómo se hace para sumirse cada día en las frivolidades cotidianas, para dormir cada noche con la conciencia tranquila, como si disfrutaramos de la indiferencia.
viernes, 5 de febrero de 2010
Polaroid
Un flash bien apuntado congeló el momento en que él la besó. Podían verse en la fotografía temblorosos los labios, las manos llenas de ternura, las almas unidas en el gesto. Una obra de arte con un significado único, que luego de mirar durante largos minutos pudieron comprender y, antes de besarse de nuevo, destrozaron enérgicamente.
Sabían que sólo allí cabría intacto todo el amor que sentían, pero prefirieron pensar que era sólo el comienzo, a riesgo de equivocarse.
Sabían que sólo allí cabría intacto todo el amor que sentían, pero prefirieron pensar que era sólo el comienzo, a riesgo de equivocarse.
miércoles, 27 de enero de 2010
Pensar duele
Con intransigente masoquismo
y la excusa de pensar
es que me dejo llevar
para encontrarme a mi mismo
y me envuelvo en el abismo
al que llaman soledad.
Una canción a lo lejos
y alguna idea mordaz
que me apuñala fugaz
me acompañan al espejo
donde insulto mi reflejo
por no poder hallar paz.
De llantos y de amarguras,
de recuerdos y silencios,
voy creando los cimientos
a la anunciada locura
del que se pierde en la altura
buscando volver el tiempo
para aprender del pasado,
para intentar sonreír
o volver, quizás, a sentir
que camino de tu mano
cuando buscarme es en vano
y pensar es delinquir.
y la excusa de pensar
es que me dejo llevar
para encontrarme a mi mismo
y me envuelvo en el abismo
al que llaman soledad.
Una canción a lo lejos
y alguna idea mordaz
que me apuñala fugaz
me acompañan al espejo
donde insulto mi reflejo
por no poder hallar paz.
De llantos y de amarguras,
de recuerdos y silencios,
voy creando los cimientos
a la anunciada locura
del que se pierde en la altura
buscando volver el tiempo
para aprender del pasado,
para intentar sonreír
o volver, quizás, a sentir
que camino de tu mano
cuando buscarme es en vano
y pensar es delinquir.
martes, 19 de enero de 2010
domingo, 17 de enero de 2010
Que calle el silencio
Que calle el silencio
y ahogue el murmullo
cuando es viento
entre mis manos.
Que calle el silencio
y apague el zumbar
de las estrellas
que señalan lejanas.
Que calle el silencio
y esconda las sombras
y rompa lo inmóvil
y mutile el llanto.
Que calle el silencio
y ya no te nombre.
y ahogue el murmullo
cuando es viento
entre mis manos.
Que calle el silencio
y apague el zumbar
de las estrellas
que señalan lejanas.
Que calle el silencio
y esconda las sombras
y rompa lo inmóvil
y mutile el llanto.
Que calle el silencio
y ya no te nombre.
viernes, 15 de enero de 2010
Porque es vida
es pues mi vocación
estar colgado de una nube.
Disfruto de inventarte en versos
y así vivir romances inasibles
capaces de derrocar lo etéreo.
Pensar de miel a nuestros labios,
y a nuestras almas, de niño,
y a nuestras manos, de barro.
Jugar a ser un sólo cuerpo
tan propio e infinito
como la oscuridad de lo celeste.
Mas no quiero, mi niña, decirte,
aunque lejos esté de la cordura,
que un romántico loco yo soy.
Quiero decir que la vida es vida
y porque es vida.
Que prefiero encandilarme con sonrisas
y confesar a las estrellas
y perseguir la cruz del sur.
Soltar a mis mejillas en el viento,
regalar a la atención y no prestarla
y esconder mi nariz entre las flores.
Saltar sobre los charcos en la lluvia,
cantar a vivas voces por la calle
y con un dedo hacer trampa a las agujas.
Que la vida es vida
y porque es vida...
jueves, 14 de enero de 2010
martes, 12 de enero de 2010
Ulises
Tras tantos años sumido en batalla
renovado, el viento, transporta mi voz,
y olvido a la muerte alzando su hoz
en verdes prados clavada mi espada.
Ya limpio de sangre extiendo los brazos
desbordado de júbilo en mi festejo,
pues ha anunciado el alba: regreso
dejando al salvaje sueltos los lazos.
En el horizonte me pierdo ufano
de gozar vida plena de resurrección,
suscitando aún en la imaginación
a quien fiel amada espera mi mano.
Lunas y soles andando atravieso,
valles, montañas, tempestades, dulzuras,
rugidos, silencios, clamores, bravuras,
lo fútil, hermoso, impío e inmenso.
Paso lento me conduce a mi destino
que aciago, tras la vertiente, espera
pues al cruzar hallaré a mi aldea
esperando terminar el desatino.
Veo las calles teñidas de mi tierra
por el ocaso que me acoge en paz.
Su cruento color y un silencio voraz
acusan que no ha terminado la guerra.
A mi lecho me persiguen la distancia,
la muerte, el miedo, el dolor, el exilio,
y entre mis manos estalla el idilio
al ver a mi amor perder su prestancia.
¿Por qué tu mano en las noches deshace
aquello que empeño del día tejiera?
Penélope, tuyo mi amor, no quieras
parecerte temerosa a Scheherezade.
renovado, el viento, transporta mi voz,
y olvido a la muerte alzando su hoz
en verdes prados clavada mi espada.
Ya limpio de sangre extiendo los brazos
desbordado de júbilo en mi festejo,
pues ha anunciado el alba: regreso
dejando al salvaje sueltos los lazos.
En el horizonte me pierdo ufano
de gozar vida plena de resurrección,
suscitando aún en la imaginación
a quien fiel amada espera mi mano.
Lunas y soles andando atravieso,
valles, montañas, tempestades, dulzuras,
rugidos, silencios, clamores, bravuras,
lo fútil, hermoso, impío e inmenso.
Paso lento me conduce a mi destino
que aciago, tras la vertiente, espera
pues al cruzar hallaré a mi aldea
esperando terminar el desatino.
Veo las calles teñidas de mi tierra
por el ocaso que me acoge en paz.
Su cruento color y un silencio voraz
acusan que no ha terminado la guerra.
A mi lecho me persiguen la distancia,
la muerte, el miedo, el dolor, el exilio,
y entre mis manos estalla el idilio
al ver a mi amor perder su prestancia.
¿Por qué tu mano en las noches deshace
aquello que empeño del día tejiera?
Penélope, tuyo mi amor, no quieras
parecerte temerosa a Scheherezade.
sábado, 2 de enero de 2010
Luego me salvas
Maldigo a la memoria
y a su cómplice distancia
que en el filo de un momento
rasgan la piel de mi espalda.
¡Ah! Acerada gillete del recuerdo
que te acuestas despacio en mi almohada
usando de escudo lo dulce y sublime
para que mis manos no apaguen tu llama.
Te acercas urgente, lasciva, macabra,
sofocando de a poco los gritos
que pidiendo olvido mi pecho levanta
ahogas mi sangre, me piensas sin alma
y luego me salvas, te alejas despacio,
me reservas inmóvil, me quieres en calma.
y a su cómplice distancia
que en el filo de un momento
rasgan la piel de mi espalda.
¡Ah! Acerada gillete del recuerdo
que te acuestas despacio en mi almohada
usando de escudo lo dulce y sublime
para que mis manos no apaguen tu llama.
Te acercas urgente, lasciva, macabra,
sofocando de a poco los gritos
que pidiendo olvido mi pecho levanta
ahogas mi sangre, me piensas sin alma
y luego me salvas, te alejas despacio,
me reservas inmóvil, me quieres en calma.
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