lunes, 16 de agosto de 2010

Ilusiones de sinzonte

En un viejo manicomio,
por ciegos brazos, tirado
he sido. ¡Incomprendido
quien lleva alas en sus zapatos!

Por ver brillantes colores,
por respirar aire puro,
por sonreír difamante
de las mentiras del mundo.

Por promover la inocencia,
por dibujar con cenizas,
por componer los espejos
que nuestro rostro hacen trizas.

Mas no consienten el cambio:
- Blanco o negro - me afirman,
y contando los denarios:
- sólo oro es lo que brilla.

Paradójico destino
sería noble servicio
si no sirviera el humano
y sirvieran los oficios.

Sentencia a nuestro futuro,
"cultura" lleva por nombre,
pone dinero y trabajo
como rectores del hombre.

Pero ilusos han de ser
al pensar que en ésta celda
tanta vida puede entrar
sin dejar escapar hebras.

Quizás romperán en llanto
al sumergirse en sus ciencias
si mi sueño los abraza
en fieles reminiscencias:

cuando queme el sol sus sienes,
la lluvia sea condena
y la luna los traicione
al transmitirles su pena.

O quizás su pecho tiemble
con el canto del sinzonte
si descubren su mirada
perdida en el horizonte

y vean brillar colores
y respiren aire puro
y sonrían difamantes
de las mentiras del mundo.

Por promover la inocencia,
por dibujar con cenizas,
por componer los espejos
que a su rostro hacen trizas.

En un viejo manicomio,
por ciegos brazos, tirado
he sido. ¡Incomprendido
quien lleva alas en sus zapatos!